Bajaj ha desarrollado durante años una tecnología que, si bien no es revolucionaria, es una buena aliada de los motores de baja cilindrada. Se trata de un sistema de doble encendido digital (doble bujía) que optimiza la explosión de la mezcla logrando una respuesta más suave, una ignición más rápida y un mejor aprovechamiento de la energía junto con, por supuesto, un menor consumo. Además, la Rouser también hace uso de un desarrollo propio de la marca para la sección catalítica del escape. Un sistema denominado ExhausTEC se encargará de optimizar la salida de gases, sobre todo en bajas revoluciones para obtener una salida homogénea y fluida, que se traduce en una sensación de tracción y par aumentados, además de un encantador sonido producido por el silenciador de aluminio (ronco y grave, pero levemente elevado). Ambas tecnologías están presentes en la mayoría de sus modelos, por eso no podían faltar en este monocilíndrico, que cubicando 220 cc es capaz de entregar la nada despreciable cifra de 21,4 CV a 8.500 rpm.
En la parte ciclo encontramos un chasis de tipo doble cuna desdoblada a la altura del cárter, realizado en tubos de acero de sección redonda. El basculante, del mismo material, presenta formas cuadradas más robustas. El conjunto de suspensiones viene dado por una horquilla telescópica convencional simple (sin posibilidad de regulación), y un par de amortiguadores Nitrox con ajuste de precarga de resorte y regulación de compresión en depósito de gas separado. Ambos ofrecen un recorrido contenido (130 y 90 milímetros, respectivamente), pero será más que suficiente para garantizar un confort de marcha adecuado.
En el apartado frenos, la Rouser recibió un "upgrade" incorporando un efectivo disco trasero de 230 milímetros y pinza de un pistón, y el habitual disco delantero de 260 milímetros con pinza de doble pistón. Los neumáticos aportan lo suyo, no solamente en la estabilidad y la agilidad de la moto, sino también en la frenada con una generosa y ancha pisada en ambos trenes. Las estriberas están recubiertas por goma, tanto para conductor como para pasajero (algo que siempre se agradece y aumenta el confort), y se sujetan al chasis a través de unas pletinas de aluminio mecanizado de exquisito diseño, que utilizan como soporte principal el eje del basculante. Sobre el lado derecho de la moto discurre el escape, con líneas simples y minimalistas. El silenciador (que en su interior guarda la mencionada tecnología ExhausTEC) es de aluminio pulido, e incorpora los correspondientes protectores antiquemaduras.
Las luces deberán ser activadas para su uso (al contrario de la mayoría de las motos modernas, en las que se encienden directamente al arrancar), lo que agrega un interruptor más en los conmutadores. Como novedad en el segmento, éstos ofrecen retroiluminación, un detalle que se agradece para conductores noveles, sobre todo de noche. El botón de "pare" del motor se opera al revés de lo habitual. Es decir que hay que pulsarlo "arriba" para que esté en contacto. Recién ahí podremos arrancar el motor.
El monocilíndrico vertical tiene un ralentí bajo, que en frío puede mostrarse un poco terco para quedarse en marcha. Desconocemos si éste era un problema puntual de la unidad de pruebas, pero teníamos que estar atentos sobre todo en semáforos para que el motor no se apagara. El mencionado ronquido del escape hace pensar que la moto será tosca y dura. Pero este supuesto desaparece con sólo presionar la palanca de embrague, de extrema suavidad y precisión, que permitirá insertar cada una de las cinco marchas sin el menor de los problemas. El acelerador también es de los más suaves que probamos, con una limpia y rápida respuesta generada al moverlo tan sólo unos milímetros. Esto habla muy bien de la impecable puesta a punto que han hecho en Bajaj.
La Rouser muestra una agilidad y una estabilidad dignas de máquinas más grandes y caras, fruto de una parte ciclo muy equilibrada por el uso de componentes que trabajan muy bien en conjunto. Las livianas llantas no generan tanto efecto giroscópico negativo, lo que ayuda enormemente en curvas. Las vibraciones del motor están muy bien contenidas, y sólo se harán presentes en muy pocas cantidades cuando busquemos la zona roja del tacómetro. En la ciudad, su terreno natural, la 220 se desenvuelve perfectamente. Es estrecha, y gracias a que los espejos están elevados, el zigzaguear entre autos se convierte en una adicción inmediata. Es muy fácil mantener el equilibrio a bajas velocidades (los neumáticos anchos son bienvenidos), y el correcto reparto de pesos ayuda en la tarea. Los frenos son muy dosificables, sobre todo el trasero, que mostró un tacto excelente durante toda la prueba. El delantero no desentona, pero es necesario ejercer una presión superior en la palanca para obtener buenos resultados.
La autopista recibe con los brazos abiertos a la Rouser.... siempre y cuando no haya mucho viento. El carenado tiene una amplia superficie lateral, con lo cual el aire no puede fluir muy libremente a través de él. El resultado es que con ráfagas laterales intensas hay que esforzarse para mantener la línea. Pero en condiciones normales es posible sentarse un poco más atrás en su amplio asiento para poder agacharse mejor y disfrutar de la protección aerodinámica que ofrece la cúpula. La Bajaj sorprendió con un registro de más de 140 km/h. Una velocidad más que aceptable para un propulsor que no llega al cuarto de litro.
Las altas velocidades se pueden mantener incluso en curva, donde la parte ciclo sale a brillar para conservar la trazada lo más precisa posible. Solamente el tarado de la horquilla (algo blando) la penaliza en conducción deportiva, cosa que se soluciona fácilmente con un aceite de mayor densidad. Así y todo, la agilidad es sorprendente permitiendo inclinaciones realmente agresivas.
Cuando paramos la Rouser en la estación de servicio para repostar combustible, nos encontramos con dos inconvenientes un tanto molestos. Por un lado, un punto muerto caprichoso que se negaba a entrar pese a nuestros esfuerzos con la palanca. Y por otro, un pie de apoyo de incómodo despliegue...
Bien posicionada
En comparación con las opciones más directas (ver "Opciones"), la Bajaj presenta un precio muy tentador. Si la comparamos con las japonesas, de indudable calidad y terminación, veremos que la Rouser es una opción excelente a tener en cuenta, que nada tiene que envidiar a las orientales. Un motor con buena tecnología, unos materiales muy buenos, un andar excelente y prestaciones potentes bien justifican su precio de 13.000 pesos. Como su hermana menor, la nueva Rouser 220 seguro que será objeto de deseo de muchos usuarios de motos de calle. La calidad hindú se nota... y mucho.
Datos esenciales
Fabricante: Bajaj Auto Ltd.
Precio: $ 13.000
Garantía: 1 año ó 12.000 km
Colores: Azul Plasma, Gris Plata Misty, Rojo Cocktail y Negro Medianoche
Indumentaria Tester:
Casco: Nolan N84
Campera: Motounga Altiplano
Pantalones: Motounga Ripio
Guantes: Fox MX
Botas: Solco
Positivo:
Protección aerodinámica
Calidad de componentes
Consumo
Tacto de frenos
Potencia del motor
Negativo:
Penetración aerodinámica lateral
Punto muerto difícil
Ralentí bajo
Espejos con poca visibilidad
Pie de apoyo difícil
DATOS: Octubre 2010
El chasis es un doble viga de aluminio y está apoyado en una horquilla invertida y un monoamortiguador con botella de gas, ambos regulables en precarga. El sistema de frenado de serie es el combinado de Honda C-ABS lo que aumenta la seguridad, incluso en las situaciones más críticas. 
